La
dieta básica del salvadoreño consistía hasta fechas recientes en
«tortillas» (ruedas de masa de maíz, de unos quince centímetros de
diámetro y uno de ancho, cocidas sobre el comal), la sal y los
frijoles «parados» o frijoles sancochados. En la actualidad, la dieta se
ha ampliado con arroz, verduras y algunas carnes. Durante los cortes de
café aún se suelen dar las chengas, tortillas mucho más grandes y
gruesas que las anteriores, hechas de maíz muy oscuro o de maicillo
(gramínea de granos pequeños en haces), sobre las que se ponen frijoles y
sal; algunas veces también llevan queso y otro aditamento. Estos forman
parte del «con qué» o acompañamiento de las tortillas. Sería impensable
una comida típica salvadoreña sin las famosas pupusas, tortillas
rellenas con queso, chicharrón molido o frijoles, las más comunes
(«revueltas» son las que tienen más de un ingrediente). Otras, menos
comunes, llevan chipilín (pequeñas hojas comestibles),pepescas (pescaditos fritos), ayotes (especie de calabaza). El plato está completo cuando a las pupusas se
le echa «curtido», picadillo de repollo preparado en vinagre; se le
suele agregar rodajas de cebolla y zanahoria. Algunos curtidos son
especialmente picantes, al gusto del cliente. Ahora bien, las pupusas constituyen
sólo uno de los muchísimos derivados del maíz. Este cereal nativo
americano sigue siendo el grano sagrado se lo prepara de múltiples
maneras. A la mazorca se le llama elote y se puede comer asada a
las brasas, con limón y sal; cocida, se suele preparar con mayonesa,
queso y otros aditamentos: son los elotes locos que se venden en
las ferias populares, con un palito que atraviesa la mazorca para poder
agarrarlo. Continúa el desfile de los derivados del maíz con los tamales.
Los clásicos son los de gallina y consisten en unos rectángulos de masa
de maíz de unos quince centímetros de largo por cinco de ancho
envueltos en hojas de huerta (plátano o guineo) y rellenos con carne de
pollo; algunas veces, hasta con papas, ciruelas, alcaparras, chile yrecaudo (salsa). Los tamales se cuecen en peroles grandes. Los tamales de elote son
elaborados con una masa compacta de maíz tierno, aunque algunas veces
se tornan blanditos porque llevan leche. Se preparan en tusas (piel de la mazorca) y se comen acompañados con crema. Un miembro poco común de la familia es el conocido como tamal de viaje, tamal pisque, tamal de ceniza o nixtamal.
Es mucho más grande que el de pollo y se supone que se preparaba para
comerlo durante el viaje en carreta o tren por varios días, aunque es
común su preparación en semana santa. Dada su sólida consistencia, el nixtamal se puede partir en pequeñas rodajas; algunas veces lleva frijoles molidos en su interior.
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